TIPOS DE PÉRDIDAS:
NEUROSENSORIAL:
También conocida como perceptiva. Se produce en el oído interno debido al deterioro de unas terminaciones nerviosas denominadas células ciliadas, que conducen los impulsos sonoros hasta el cerebro. Este tipo de pérdida puede ser congénita o hereditaria, pero lo más frecuente es que se produzca gradualmente con el paso de los años, lo cual se cono ce como presbiacuasia.
La pérdida auditiva de conducción puede ser provocada por cualquier problema en el oído externo y/o en el oído medio que interfiere con la transmisión de las vibraciones sonoras. Pérdidas auditivas de conducción pueden ser provocadas por una gran acumulación de cerumen, por infecciones o crecimientos en el oído externo, por perforaciones (agujeros) en el tímpano, por una enfermedad llamada otosclerosis de cualquiera de los 3 huesecillos pequeños también llamados oscículos (la cual hace que los huesecillos se vuelvan rígidos y pierdan su capacidad de vibrar).
Estos son esencialmente problemas mecánicos que interfieren con una eficiente transferencia de sonido. Pérdidas conductivas pueden a veces corregirse con cirugía o intervención médica. Cuando esto no es posible, a menudo pueden ayudar los audífonos.
Posibles causas de pérdida conductiva incluyen:
Infección del oído externo
Exceso de cerumen u objetos extraños en el canal
Canal auditivo deformado
Perforación timpánica Superación de tímpano por infección crónica del oído
Otitis media: fluido detrás del tímpano que resulta infectado
Disfunción del tubo de Estaquio
Otosclerosis: enfermedad en la cual un hueso crece evitando la transmisión del sonido
Discontinuidad osicular : ruptura o disloque de 3 pequeños huesecillos.
CONDUCTIVA:
También conocida como de transmisión. Implica la obstrucción de alguna parte del oído medio o externo. El sonido no puede transmitirse a través del aire, sino a través de la vía ósea.
En este caso es necesario visitar al especialista ORL, ya que puede existir una solución médica.
Para este tipo de pérdida auditiva que afecta el mecanismo sensorial del oído interno y/o las rutas neuronales y los receptores auditivos en el cerebro. El 90% de todas las pérdidas auditivas es neurosensorial. Para este tipo de pérdida auditiva raramente sirve la intervención médica, pero afortunadamente pueden ayudar los audífonos.
Posibles causas de la pérdida auditiva neurosensorial incluyen:
Presbiacusia: pérdida auditiva causado por el deterioro de las células ciliadas debido al envejecimiento.
Daño de células ciliadas inducido por ruido excesivo, por medicamentos (antibióticos amnioglycoside, o ciertos tratamientos contra el cáncer) o virus como paperas, sarampión meningitis.
Enfermedad de Meniere: un síndrome que incluye pérdida auditiva, vértigo, un sentimiento de llenura en el oído y tintus (zumbido en el oído).
Lesión en la cabeza: fractura del hueso temporal que causa daño a delicadas estructuras del oído interno y medio.
Pérdida súbita debida a causas desconocidas congénitas (de nacimiento) como ictericia severa, pérdida de oxígeno, enfermedad materna, genética, etc.
Neuroma acústico: tumor de la ruta neuronal auditiva.
MIXTA:
Es la combinación de ambos tipos de pérdida. Antes de adaptar una ayuda auditiva, es necesario acudir al especialista ORL.
El tercer tipo de pérdida auditiva se llama pérdida auditiva mixta. Simplemente es una combinación de problemas conductivos y neurosensoriales. Muchas personas que padecen de pérdidas auditivas mixtas también pueden sacar provecho de audífonos.
Las deficiencias auditivas normalmente no afectan de igual manera a todas las frecuencias. Lo más típico es que la perdida sea mayor para los sonidos agudos que para los graves.
Sin embargo, las perdidas auditivas muestran patrones muy individuales. Por lo tanto, nunca debemos ponernos audífonos de otra persona (tampoco nos pondríamos las gafas de otra persona).
Es importante que un audífono sea hecho a la medida exacta del oído y que sea adaptado precisamente para cada pérdida auditiva específica.
No te aísles más
PROBLEMAS FRECUENTES CON LA PÉRDIDA AUDITIVA:
ACÚFENOS: Es la sensación de oír ruidos dentro de la cabeza.
RECLUTAMIENTO: La persona que lo padece percibe un aumento desproporcionado en la sonoridad, apenas oye los sonidos de baja densidad y los sonidos fuertes pueden parecerle insoportables.
VÉRTIGOS O MAREOS: Sensación falsa de movimientos
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